- Óptica.
- Estabilizador de imagen.
- Motor de enfoque.
- Construcción y sellado.
- Peso.
- Apertura limitada a f/4.
Review
1. Introducción
Completamos la revisión de los objetivos de 70-200 mm de Canon con el EF 70-200mm f/4L IS II. En relación a su predecesor, este producto cuenta con un paso más de estabilización, una óptica mejorada y un bokeh más depurado, entre otros aspectos que se han pulido. En contraprestación, es algo más grande y pesado.
En comparación con el EF 70-200mm f/2.8L IS III, que es la lente más completa de Canon para esta focal, es menos luminoso, pero más económico, ligero y compacto. Eso en líneas generales. En el análisis entro más en detalle sobre las diferencias.
2. Distancia focal
La distancia focal de 70 a 200 mm es muy popular por la versatilidad que ofrece, ya que es ideal para retratos, fotografía deportiva y naturaleza. Abarca un ángulo de 34 grados -en el extremo corto- a 12 grados. La distancia en cámaras con sensores APS-C es de 112 a 320 mm, con la aplicación del factor de recorte.
3. Diafragma y estabilizador de imagen
La mayor limitación de este modelo está en su discreta luminosidad, con su apertura máxima de f/4. Este valor, eso sí, es constante en todo el rango focal. En ese punto está por debajo del EF 70-200mm f/2.8L IS III, pero reduce distancias gracias a su estabilizador de 5 pasos, frente a los 3,5 del EF 70-200mm f/2.8L IS III. Este mecanismo para reducir la trepidación brinda 3 modos: normal, panorámico y una novedosa opción para capturar sujetos que se muevan erráticamente.
El diafragma está estructurado con 9 láminas redondeadas, una más que otras alternativas EF de 70-200 mm para Canon. Con esta composición proporciona un buen bokeh, pese a que el resultado esté en cierto modo condicionado por la profundidad de campo que admite la apertura de f/4.
4. Diseño y construcción
Los anillos de zoom y de enfoque son muy anchos y suaves. El de enfoque tiene paradas bruscas en los extremos. En el espacio existente entre los anillos hay una ventana de distancia y 4 botones. Estos interruptores permiten limitar la distancia de enfoque (de 3 metros a infinito), seleccionar el tipo de enfoque, activar el estabilizador y elegir su modo de funcionamiento.
El color de la cubierta es algo más claro que en la versión anterior. El anillo rojo, distintivo de la serie L, indica que estamos ante un producto pata negra de Canon. Esto se nota en su óptima construcción, con resistencia al polvo y la humedad, mediante un anillo de goma en la montura. Además, en la parte frontal y en la trasera integra un revestimiento de flúor, que reduce la suciedad adherida y facilita su limpieza.
Pesa solo 780 gramos, prácticamente la mitad que el EF 70-200mm f/2.8L IS III, que ronda el kilo y medio. Eso se agradece, especialmente en reportajes largos. También es más compacto, como decía en la introducción. Debido a esto último, se equilibra mejor en cámaras con sensores APS-C. El diámetro de filtro es de 72 mm y, como la rosca no gira, admite polarizadores y filtros de densidad neutra.
5. Enfoque
El sistema de enfoque es un USM de anillo. Se trata de un mecanismo rápido y preciso, aparte de muy silencioso. Por otro lado, cuenta con enfoque continuo en manual, incluso con el modo AF activado.
La distancia mínima de enfoque es de 1 metro. Activando el limitador, en situaciones donde sea posible aplicar esta restricción, aumenta la velocidad del autoenfoque. En cuanto a la ampliación máxima, señalar que es de 0,27 a 200 mm. Aunque no son aspectos especialmente relevantes en un objetivo de estas características, sí que resulta significativo que ofrezca valores superiores a los deparados por el EF 70-200mm f/2.8L IS III, cuyos máximos están en 1,20 metros y 0,21.
6. Calidad gráfica
La óptica está compuesta por 20 elementos en 15 grupos. Con la ayuda de un recubrimiento Súper Spectra, su rendimiento es más que correcto frente a las luces parásitas.
La nitidez es una de las características más destacadas de esta unidad. A 70 mm va muy bien a f/4, lógicamente mejor en el centro, y a f/5.6 el nivel es ya sobresaliente. Al cerrar a f/16 empieza a notarse la difracción, sin embargo, es a f/22 y f/32 cuando realmente se resiente la nitidez. En el extremo largo los resultados son muy similares.
Hay una distorsión de barril leve, pero perceptible, a 70 mm. Como sucede en otros modelos de Canon de esta focal, a 100 mm no se observa ninguna distorsión. A partir de ahí cambia a acerico, aumentando progresivamente hasta 200 mm.
El viñeteado es visible a f/4. Se reduce mucho al bajar un paso y desaparece a f/8. Al igual que la distorsión, es fácil de corregir en el procesado posterior, simplemente aplicando el perfil de la lente.
Las aberraciones están bien controladas. Solo aparecen en algunas situaciones y son muy bajas.
7. Accesorios
Viene con el parasol ET-78B y con una sencilla bolsa protectora, que no tiene nada que ver con el estuche acolchado que trae el EF 70-200mm f/2.8L IS III. No obstante, lo que echo más de menos es el anillo para trípode incluido por este producto.
Características
- Dimensiones: 8,0 x 17,6 cm.
- Diámetro de filtro: 72 mm.
- Peso: 780 g.
- Distancia focal: 70-200 mm.
- Apertura máxima: f/4.
- Apertura mínima: f/32.
- Láminas del diafragma: 9.
- Estabilizador de imagen: sí (5 pasos).
- Construcción del objetivo (elementos/grupos): 20/15.
- Ángulo de visión: 29°-10°, 19°30′-7°, 34°-12°.
- Motor para el autoenfoque: Ring USM.
- Distancia mínima de enfoque: 1,00 m.
- Ampliación máxima: 0,27 x.
Compatibilidades
Es válido tanto para cámaras Canon full frame como para las que integran sensores APS-C. También es compatible con los multiplicadores EF 1,4x III y EF 2x III, aunque en este último el IS no funciona con varios modelos de cámara.
Opinión final

El precio de venta es razonable para un teleobjetivo de la serie L con estas características. No habría estado de más que incluyera un collar para trípode, pero su única desventaja propiamente dicha está en su apertura máxima limitada a f/4. Ese es el contra que debes valorar.
Entre sus puntos fuertes figuran su estabilizador de imagen de 5 pasos, una calidad óptica que repercute en una óptima nitidez, la eficiencia del motor de enfoque y su construcción con sellado climático. Además, destaca por su contenido peso e incluso por una estimable compacidad, dentro de lo que cabe.