¡Bienvenido a Fotografía Flash!
Has llegado a una web dedicada al análisis de flashes y objetivos fotográficos, fruto de la unión de dos sitios especializados en estos ámbitos. Existe una gran variedad de productos en el mercado, tanto de primeras marcas como de terceros que ofrecen precios más económicos, y no siempre es sencillo dar con la opción que más se adapta a tus necesidades. Para ayudarte con tu elección, en esta web aportamos cientos de revisiones en profundidad.
Si estás pensando en comprar tu primer flash externo o en mejorar las prestaciones del que ya tienes, habrás visto que la oferta es muy amplia. El punto de referencia que normalmente se toma, aparte del presupuesto, es el número de guía. Sin embargo, hay muchas más características a tener en cuenta para que una compra merezca la pena. La ventaja de un buen flash de zapata, en relación a una lente, está en que puedes utilizarlo en cualquier situación y eso lo convierte en una inversión rentable. Asimismo, se comercializan interesantes productos para la iluminación macro y de estudio.
La búsqueda de un objetivo es tal vez más compleja, porque su idoneidad depende de la modalidad a la que vayas a destinarlo. Las lentes todoterreno vienen muy bien, pero cuanto más específicas son su luminosidad es mayor y suele serlo la calidad de imagen que proporcionan. En este caso, la distancia focal es uno de los primeros factores donde solemos fijarnos. Y es igualmente importante el rendimiento óptico, un aspecto del que hablamos detalladamente en nuestras reseñas. Por suerte, en objetivos también existe una gran diversidad de alternativas para profesionales y aficionados.
Los 5 flashes más vendidos
Yongnuo YN685 II |
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60 |
M / TTL / Multi |
90° / 360° |
20-200 mm |
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Ver Precio |
Godox TT685II |
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60 |
M / TTL / Multi |
120° / 330° |
20-200 mm |
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Yongnuo YN600EX-RT II |
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60 |
M / TTL / Multi |
90° / 360° |
20-200 mm |
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Neewer 750 II |
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58 |
M / TTL / Multi |
90° / 270° |
24-180 mm |
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Godox V860III |
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60 |
M / TTL / Multi |
120° / 330° |
20-200 mm |
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¿Por qué es tan útil un flash externo?
Los flashes que vienen incorporados en las cámaras tienen muchos inconvenientes, al no permitir modificar la dirección de la luz y disponer de una potencia limitada, que apenas alcanza unos pocos metros. Además, puedes encontrarte con problemas de ojos rojos, algo bastante tedioso de corregir con programas de edición, aparte de ser un proceso poco natural. Asimismo, dan una luz muy dura y suelen ser bruscos y ruidosos al activarse. Al estar tan cerca del cuerpo de la cámara, si tienes un parasol en tu objetivo, probablemente deberás quitarlo cada vez que quieras lanzar un destello, para que no aparezca una sombra en la parte inferior de tu toma.
La luz es un elemento fundamental dentro de la fotografía y su estudio previo es una buena pauta a considerar antes de comenzar un reportaje. No hay duda de que una foto luminosa es un factor clave y siempre vende más, seas profesional o amateur. Manejar un flash no es sencillo, eso es cierto, pero su dominio te dará un gran salto de calidad. Te ayuda a llegar allí donde tu objetivo no alcanza, sin tener que recurrir a sensibilidades ISO excesivas, que acaban añadiendo mucho grano y restando nitidez.
Un dispositivo externo te permitirá iluminar venciendo a la oscuridad, lo cual, siempre es un reto muy atractivo. En una escena nocturna, si abres el diafragma al máximo y disparas acercándote al límite de la velocidad de obturación del estabilizador de imagen de tu objetivo, con el destello adecuado puedes conseguir unos excelentes resultados, porque el flash no sólo no acaba con la calidez del momento, sino que rellena sombras y proporciona una nitidez que, de otra forma, sería muy complicada de obtener.
Todas las unidades ofrecen distintos modos de configuración para regular el destello y ayudan a reducir las dominantes de color -algunas muy difíciles de corregir-, puesto que su luz es blanca, con una mayor o menor precisión, dependiendo de la calidad de cada modelo. Otra de las opciones estrella es que, en aquellos que tienen cabezal móvil, puedes apuntar éste hacia techo y paredes, emitiendo un destello indirecto sobre el sujeto, que te dará una fantástica y suavizada luminosidad.
¿Qué hay que tener en cuenta antes de comprar un flash?
Depende del tipo de fotografía que quieras hacer y no hay que pensar sólo a corto plazo, pues tu compra no será rentable si se queda pequeña en poco tiempo. A partir de las características que tiene un flash, podrás decidirte prestando atención a aquellas que sean realmente importantes para ti:
- Marca: optar por un flash de la misma marca que tu cámara suele ser una apuesta segura, especialmente, si se trata de Canon y Nikon. Sin embargo, en algunas ocasiones lo ideal es acudir a productos más económicos de fabricantes como Metz, Yongnuo o Neewer. Depende de tu presupuesto y de tus expectativas.
- Número de guía: define la potencia de la unidad y se calcula multiplicando la distancia en metros del sujeto, por la apertura de diafragma, a un ISO 100. Los interiores no requieren mucha capacidad pero, en exteriores, como puede ser un evento llevado a cabo por la noche, la cosa cambia. Los fabricantes suelen inflar este dato, ya que es una cifra que vende. Además, si el modelo trae un cabezal zoom, lo más habitual es que el número reflejado se corresponda con la mayor posición de éste.
- Modos de configuración: todos los flashes cuentan con diferentes controles a la hora de establecer la luminosidad. El más popular es el TTL y es conveniente que cuentes con él si te estás iniciando en este campo. Esta configuración te facilita el trabajo, pues es el exposímetro de la cámara el que mide y transmite al flash la información necesaria para una correcta exposición. La opción debes tenerla también en tu cámara y suele dar buenos resultados, aunque a veces te puede jugar malas pasadas. De todas formas, es la manera más sencilla de comenzar y algunas unidades incorporan un interesante ajuste para aumentar o disminuir, en fracciones, la intensidad de la medición TTL. La manera más avanzada de regular la iluminación está en el modo manual, lógicamente más complicado, pero con muchas más posibilidades al ser tú el que eliges los valores para que la instantánea sea perfecta.
- Comunicación inalámbrica: en la fotografía strobist y de estudio se sincronizan diversas unidades -acompañadas por difusores o paraguas-, mediante la configuración de esclavo y maestro (tienen que permitir esta posibilidad), siendo este último capaz de activar simultáneamente varios dispositivos esclavos. La conexión puede ser por cable, inalámbrica óptica o por radiofrecuencia, que es más avanzada, al no necesitar contacto visual entre maestro y esclavo.
- Cabezal rotatorio: como mínimo, la antorcha debería poder bascular en sentido vertical y si permite los movimientos horizontales, mucho mejor. Por ejemplo, en un retrato puedes tener un gran resultado si apuntas el cabezal hacia el techo, porque la persona fotografiada tendrá una agradable iluminación cenital. Con ello te evitas la luz dura y las poco estéticas sombras del destello directo. Simplemente, todo es más natural y, precisamente, la clave del uso del flash está en que se note lo menos posible. Por otra parte, para tal fin, los cabezales suelen integrar un difusor tipo pestaña y un reflector blanco.
- Cabezal zoom: te proporciona un ángulo de destello, conforme a la distancia focal a la que estés trabajando. Si ésta disminuye, el ángulo será más amplio y viceversa. De este modo, se aprovecha más la luz, de acuerdo con la escena sobre la que estés trabajando. Así regulas el área iluminada, con un ajuste que puede funcionar en automático y/o en manual.
- Tiempo de reciclado: es el intervalo en segundos que tarda la unidad en activarse entre una descarga y otra. La relevancia que esto pueda tener para ti, depende de si marcas tú los tiempos o no. Es decir, si estás realizando un reportaje social, como una boda o comunión, los acontecimientos se suceden sin tu intervención y un óptimo reciclaje es vital. Deberás disparar velozmente y precisarás que el flash se cargue cuanto antes, para no perder una toma muy preciada que no se va a volver a repetir. En este proceso, igualmente, influye la carga de la batería o de las pilas que, a su vez, rendirán según el número de destellos y la intensidad empleada para las mismos. Utiliza siempre alcalinas y, si puede ser, que sean recargables, pues dan un gran rendimiento.
- Velocidad de sincronización: es la máxima velocidad de obturación a la que podrás sincronizar cámara y flash. Si este último sincroniza a alta velocidad (1/8.000) -y la cámara lo permite-, podremos rellenar las sombras en días soleados. Las unidades sin HSS suelen estar limitadas a 1/250 y son exclusivamente válidas para aportar iluminación en reportajes nocturnos e interiores. En caso de disparar a una velocidad fuera del rango tolerado aparecería en la instantánea una banda negra, ya que al flash no le habría dado tiempo a terminar antes del cierre de la segunda cortinilla del obturador.
- Conexión: puedes enlazar el dispositivo directamente sobre tu cámara en la zapata de la misma, mediante un cable o con activación remota -por infrarrojos o radiocontrol-, para fotos con varias unidades. Comprueba que sea compatible con tu equipo, es decir, si quieres adquirir un Metz y tienes una cámara Canon, asegúrate de que el modelo disponga de la zapata específica para esta marca y no otra.
- Tipología: aparte de los flashes de zapata y de estudio, existen los anulares, que bordean el objetivo y están destinados para fotografía macro. En esta modalidad estamos muy cerca del sujeto y requiere una gran precisión, junto a una iluminación uniforme. Además, hay que cerrar el diafragma al máximo, para aumentar la profundidad de campo. Esto disminuye la luminosidad de la toma y el aporte de luz juega un papel importante.
Los 5 objetivos más vendidos
Canon EF 50mm f/1.8 |
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50 mm |
f/1.8 |
f/22 |
Ø 49 mm |
159 g |
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Nikon 35mm f/1.8G |
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35 mm |
f/1.8 |
f/22 |
Ø 52 mm |
200 g |
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Tamron 18-200mm II |
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18-200 mm |
f/3.5-6.3 |
f/22-40 |
Ø 62 mm |
400 g |
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Sony FE 50mm F1.8 |
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50 mm |
f/1.8 |
f/22 |
Ø 49 mm |
186 g |
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Tamron SP 70-300mm |
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70-300 mm |
f/4-5.6 |
f/32 |
Ø 62 mm |
765 g |
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¿Qué tipologías de lentes existen?
Objetivos de ámbito general:
- Gran angular: cubren una distancia de 10 a 35 mm. Por debajo de 24 mm estaríamos hablando de un súper gran angular. En todo caso, aumentan el campo de visión, distorsionando la imagen. Son ideales para paisajes y arquitectura. También resultan muy útiles en interiores.
- Estándar: su focal se sitúa en rangos intermedios, entre 35 y 70 mm. En 50 mm el resultado se asemeja a la visión humana, de ahí la gran aceptación de las lentes con focales fijas en ese valor, que son óptimas para retratos.
- Teleobjetivo: están por encima de 70 mm y es común encontrar lentes que llegan hasta 300 mm, si bien existen otras que alcanzan distancias mucho más altas. Este tipo de productos cierran el plano, reduciendo la profundidad de campo. Nos permiten capturar objetos alejados sin necesidad de acercarnos. Son adecuados para deportes, retratos -proporcionan interesantes fondos desenfocados-, detalles en primer plano y para la fotografía de animales, como aves.
- Todoterreno: sus focales están comprendidas entre 18 y 300 mm. Aportan comodidad y versatilidad, pero su luminosidad y calidad son inferiores al resto. Como dice el refrán «el que mucho abarca poco aprieta». No obstante, son indudablemente útiles por la rapidez que conlleva no estar cambiando de objetivo constantemente.
Objetivos para ámbitos especiales:
- Macro: enfocan a poca distancia, permitiendo que el fotógrafo se coloque muy cerca del sujeto. Sus focales varían de 28 a 200 mm, aproximadamente. Son idóneos para insectos y plantas.
- Ojo de pez: abarcan un ángulo de 180 grados o más. Constituyen una atractiva herramienta para dar rienda suelta a la creatividad, aunque son para usos específicos. Sus lentes curvas deparan tomas esféricas, de una gran distorsión. Según su tipología, se dividen en objetivos de imagen circular o rectangular. Estos últimos cubren toda la superficie del sensor. En ambos casos, sus distancias son muy reducidas (6 a 20 mm) y eso implica unas amplias profundidades de campo.
- Descentrable: posibilitan el movimiento del eje óptico, variando el plano de enfoque y la profundidad de campo. Se emplean para arquitectura o retratos, entre otras aplicaciones. Son menos comunes que el resto.
¿Qué hay que tener en cuenta antes de comprar un objetivo?
Los fotógrafos solemos tener varias lentes para cubrir diferentes distancias y modalidades fotográficas. No obstante, para no acabar acumulando objetivos porque sí y lograr que nuestra inversión sea rentable, a medio y largo plazo, es importante conocer varios factores de antemano:
- Distancia focal: se mide en milímetros. Define el ángulo de visión y la ampliación, que son valores inversos. A medida que disminuye el primero aumenta el segundo, reduciéndose la parte de la escena incluida en el encuadre. La focal puede ser fija o variable. La sencillez de la óptica de la primera opción conlleva una calidad superior, que aminora las aberraciones. Los objetivos de distancias fijas son, asimismo, más luminosos y se venden a buenos precios. El zoom, por su parte, nos faculta para capturar elementos que están lejos. Su rango variable ofrece versatilidad, en detrimento de la óptica. Se incrementan las aberraciones, pero también la comodidad y la rapidez. Esto último es vital en reportajes sociales como bodas o en otros ámbitos donde el tiempo sea determinante, o bien no tengas demasiada libertad de movimientos.
- Apertura de diafragma: regula la luz que pasa al sensor de la cámara. Su datación se realiza mediante el número f. Cuando la focal no es fija, hay un mínimo y un máximo para cada extremo del intervalo, por ejemplo f/2.8-4.5. Al aumentar la apertura crece la luminosidad y desciende la profundidad de campo, difuminándose el fondo. Los productos con mayores aperturas son más caros.
- Formato: existen cámaras digitales full frame de gama alta y otras de sensor pequeño (APS-C y APS-H), que son mayoría. Los objetivos para full frame sirven para todos los cuerpos de cámara, pero no al revés. Es el caso de las series EF-S de Canon y DX de Nikon, que no son válidas para cámaras de formato completo. Sobre esto no te preocupes, porque en el análisis de cada modelo enumeramos las cámaras compatibles.
- Construcción: en la calidad que brindan opciones del prestigio de Canon, Nikon o Sony se nota la diferencia con respecto a otros fabricantes. Son lentes más caras y, por lo general, su nivel constructivo es igualmente superior. Una valiosa cualidad, independiente de la marca, es el sellado contra lluvia y polvo.
- Montura: es la interfaz física entre la cámara y el objetivo. Los distintos fabricantes cuentan con sus propias series, definidas con unas siglas que, entre otras cosas, nos informan acerca de la compatibilidad con nuestra cámara. Asimismo, hay que asegurase de la adecuación al adquirir unidades de terceros, como Sigma, Tamron o Yongnuo.
- Láminas del diafragma: el número y la forma de las hojas determina, entre otros factores, la calidad del desenfoque, a partir de la morfología que confieren al bokeh.
- Óptica: una buena lente nos da nitidez y minimiza la distorsión. Otro elemento a considerar es la mayor o menor eficacia en la corrección de la dispersión de luz que da lugar a las aberraciones.
- Enfoque: aparte del manual, es muy práctico disponer de un motor de enfoque automático. Cada marca emplea unas siglas diferentes para definirlo. La rapidez y la precisión nos facilitarán mucho el trabajo, sobre todo en fotografías deportivas o en condiciones con escasa iluminación ambiental, aunque nos ayudemos de un flash. En macrofotografía importa mucho la distancia mínima de enfoque.
- Estabilizador de imagen: una de las grandes virtudes de una fotografía es la nitidez. Para lograrla, viene bien un estabilizador para disminuir la trepidación, que puede aparecer cuando hay poca luz y aplicamos velocidades de obturación lentas. Este inconveniente también se acentúa al disparar a distancias focales largas, de ahí que un estabilizador constituya una valiosa característica en un teleobjetivo.
- Diámetro del objetivo: es un dato a comprobar antes de comprar un filtro. Conviene tener un UV (ultravioleta) para proteger la lente, puesto que, en caso de accidente, mejor que lo sufra un accesorio de unos pocos euros, que afrontar una reparación muy costosa. Aparte del UV, existen filtros polarizadores, de densidad neutra o infrarrojos. Aquí entran en juego las preferencias de cada uno. De todas formas, cuidado con agregar un filtro regular a un buen objetivo.
- Peso: si es elevado se va a notar en reportajes largos, especialmente si estamos haciendo fotografías nocturnas sin trípode, donde el pulso es fundamental, aunque tengas un flash. Dentro de un mismo ámbito focal, un mayor peso es un indicativo de una calidad superior. Las lentes fijas, a 35 ó 50 mm, son más pequeñas y ligeras.