- Excelente amplitud focal.
- Rendimiento del estabilizador de imagen.
- Eficiente autoenfoque.
- Buena compacidad y peso bastante reducido.
- Distorsión.
- Aberraciones cromáticas.
Review
1. Introducción
Teniendo en cuenta sólo la distancia focal, no existe ningún todoterreno de Nikon que supere a este AF-S 18-300mm f/3.5-6.3G, destinado a cámaras de formato DX. En comparación con el 18-300mm f/3.5-5.6G, hay que señalar, a grandes rasgos, que su predecesor era un poco más luminoso en el extremo largo e incluía una escala de distancia. Por contra, el modelo analizado es más económico, pequeño, ligero y brinda una mayor nitidez.
El objetivo cubre todas las situaciones que puedas encontrarte, con la excepción de casos muy particulares que requieran un ángulo o zoom especialmente amplios. Lo que no puede esperarse de este dipositivo es que aporte la calidad de una opción más específica, porque entonces Nikon no necesitaría muchas más lentes, aparte de esta. La clave, en una unidad así, está en que tenga una adecuada relación entre su focal y sus prestaciones, algo que se cumple en este caso.
2. Distancia focal
Con una extensa focal de 18 a 300 mm, este producto es ideal si prefieres no hacer muchos cambios o para ir de viaje. Es cómodo abarcar todo el intervalo focal estándar -por así decirlo- con un solo objetivo. Tiene como competidor, dentro de Nikon, al AF-S DX 18-200mm VR II. Esta alternativa también proporciona un holgado rango y cuesta menos.
3. Diafragma y estabilizador de imagen
La apertura a 18 mm no está mal, pues llega a f/3.5. Aumenta a un mínimo de f/6.3 a 300 mm, siendo ésta una de las diferencias respecto a su antecesor, que abría hasta f/5.6.
Integra el mecanismo de estabilización de imagen VR de Nikon. Este sistema entrega 4 pasos, que nos permiten utilizar velocidades lentas cuando hay poca luz. No voy a comentar hasta qué obturación ofrece buenos resultados sin trepidación, ya que me parece una apreciación subjetiva que depende del criterio de cada uno y del pulso, claro está. Lo que es indudable es que se trata de una gran ayuda, fundamental en un teleobjetivo para mantener la nitidez en distancias altas.
La calidad del desenfoque viene determinada, entre otros factores, por el número de hojas del diafragma. Este modelo consta de 7 láminas de forma redondeada y el bokeh que depara es estimable.
4. Diseño y construcción
El anillo de zoom tiene un acabado de goma estriada, al igual que el de enfoque. Este último resulta algo estrecho, aunque si empleas el autoenfoque no supone ningún inconveniente. En cuanto a los interruptores, indicar que hay un pulsador deslizante de bloqueo del zoom a 18 mm, un segundo mando para elegir entre el enfoque manual y el automático, y un tercer botón que activa el estabilizador.
La calidad constructiva es la que se espera de un producto de Nikon. Destaca la compacidad, tratándose de un todoterreno. En peso está ligeramente por debajo del AF-S 18-200mm. El dato es importante, ya que utilizar este tipo de unidades con mucho zoom -y por tanto más pesadas- puede llegar a agotar.
La óptica está formada por 16 elementos en 12 grupos, incluyendo 3 lentes de dispersión extrabaja (ED) y otras 3 asféricas. El diámetro que deben tener los filtros que se le incorporen es de 67 mm. Eso es una ventaja, porque son más baratos que los de 72 ó 77 mm.
5. Enfoque
El enfoque del dispositivo es interno y el motor de autoenfoque es SWM. Este mecanismo es silencioso y presenta una rapidez bastante buena. Como alternativa tiene el enfoque manual.
La distancia mínima a la que es posible enfocar es de 0,48 metros, en cualquier posición del zoom. Aunque se puede usar puntualmente para macrofotografía, obviamente no da el rendimiento de una lente específica.
6. Calidad gráfica
La nitidez es muy buena en torno a un diafragma de f/8. Disminuye de forma considerable a partir de f/22, una apertura que yo preferiría no utilizar. Respecto al viñeteado, apuntar que es más visible cuando se abre el diafragma al máximo, en los extremos focales.
Se percibe la distorsión de barril a 18 mm. La distorsión de cojín, por su parte, empieza a notarse pronto, desde 35 mm.
Las aberraciones, previsibles en una unidad que cubre tanta distancia, son perceptibles. De todos modos, están bastante controladas, dentro de lo que cabe.
7. Accesorios
No incluye ningún extra, a diferencia del AF-S 18-200mm, que trae una bolsa y un parasol. Este último accesorio, siempre práctico, hay que comprarlo aparte. El parasol adecuado es el HB-39.
Características
- Dimensiones: 9,9 x 7,8 cm.
- Diámetro de filtro: 67 mm.
- Peso: 550 g.
- Montura: AF-S.
- Distancia focal: 18-300 mm.
- Apertura máxima: f/3.5-6.3.
- Apertura mínima: f/22-40.
- Láminas del diafragma: 7.
- Estabilizador de imagen: sí (4 pasos).
- Construcción del objetivo (elementos/grupos): 16/12.
- Ángulo de visión: 76°-5°20′.
- Motor para el autoenfoque: SWM.
- Distancia mínima de enfoque: 0,48 m.
- Ampliación máxima: 0,32 x.
Compatibilidades
Es compatible con las cámaras con formato DX de Nikon.
Opinión final

El AF-S 18-300mm es un objetivo realmente interesante para aficionados, al dar soporte para la fotografía de arquitectura, paisajes, retratos, deportes… Sus inconvenientes proceden de la distorsión y de las aberraciones cromáticas que, aun estando contenidas, son visibles. Ambos defectos puede corregirse con herramientas informáticas.
Como ventajas principales figuran su impresionante rango focal, su antoenfoque y su estabilizador de imagen de 4 pasos. Además, es una lente bastante liviana y no muy voluminosa, en relación a la gran distancia que abarca.