Review
El flash más avanzado de Olympus es el FL-900R, cuyas prestaciones están por encima de las presentadas por su hermano pequeño, el FL-600R. Para empezar, ofrece un alcance superior, al contar con un número de guía 58, a un ISO 100.
El FL-900R también cubre una distancia focal mayor. En concreto, su zoom abarca un intervalo comprendido entre 24 y 200 mm, ampliable a 14 mm con el uso de su difusor gran angular extraíble. Tanto con este panel, como por medio del reflector con el que comparte espacio, podemos restar dureza al destello.
Otro aspecto que sirve para modelar la iluminación es la posibilidad de mover la antorcha y, como consecuencia, de suavizar el disparo por rebote en paredes y techos. El cabezal brinda una rotación de -7 a 90 grados en vertical y de 360 grados en horizontal, y está rematado por un botón de bloqueo del giro.
La intensidad de salida puede regularse en manual, auto y TTL. La diferencia entre los dos últimos modos procede de la manera en la que se efectúa la medición automática. En auto la potencia se determina según la iluminación captada por la unidad, mientras que en TTL el valor procede de la luminosidad recibida por el objetivo. El flash, igualmente, da soporte para la fotografía estroboscópica con su modalidad multi.
Inalámbricamente trabaja como maestro y esclavo. No integra radiofrecuencia y, por tanto, no elimina la necesidad de una línea de visión directa entre emisor y receptor. Se comunica por infrarrojos, a través de 4 grupos y otros 4 canales.
El modelo dispone de una pantalla LCD, provista de retroiluminación en verde. Bajo el display hay un práctico dial central, flanqueado por el resto de mandos. A la derecha se sitúa el encendido y un LED que nos informa de cada disparo efectuado. Al otro lado está el interruptor del modo y un indicador de disponibilidad. Este piloto, asimismo, funciona como pulsador de test.
Al igual que el FL-600R, se trata de un dispositivo bien diseñado. En la zona media de su frontal presenta un LED y, a los lados del mismo, tiene un sensor óptico y el receptor de luz para el modo auto.
El aparato cuenta con la resistencia a la intemperie que le confiere su sellado contra el polvo y las salpicaduras, conformado a la altura de los mejores productos de Olympus. Otro detalle interesante es su zapata de metal, equipada con un eficiente sistema de ajuste por palanca. Sin embargo, se echa en falta una entrada para batería externa y un puerto para PC Sync.
El tiempo de reciclado con alcalinas, tras una descarga completa, es de 4,5 segundos. El valor se optimiza mucho con recargables, reduciéndose a unos eficientes 2,5 segundos. La autonomía, por su parte, es de 160 disparos al máximo de potencia con alcalinas y de 200 con recargables.
Como indicaba antes, la unidad incorpora un LED bajo el cabezal. Esta bombilla es de 1,5 watios y su intensidad de 100 lux a 1 metro. Su alcance es bastante limitado y, únicamente, sirve como iluminación auxiliar en vídeos donde el sujeto se encuentre muy cerca. El nivel de brillo del LED se establece a partir de una escala de 1/1 a 1/16 o de forma automática, aunque esto último depende de la cámara. En todo caso, la duración de las pilas es de 2,4 horas si son alcalinas y de 2,6 horas si son NiMH.
El modelo sincroniza a alta velocidad, como no podía ser de otra manera en un producto de estas características. Además, sincroniza a la primera y segunda cortinilla, y suministra ayuda al AF -mediante el LED-, hasta una distancia de 1 a 5 metros, según la cámara y el objetivo. Respecto al tiempo de destello, apuntar que va de 1/500 a 1/20.000.
El abanico de accesorios está a la altura de una alternativa de gama alta. Incluye una funda de nylon de buena calidad, con bolsillo interior para guardar el pie que, igualmente, forma parte de los extras. También trae un difusor de plástico y, dentro de una pequeña bolsa protectora, un filtro IR. Este complemento, poco frecuente, es susceptible de ser utilizado al emplear el dispositivo como maestro, si queremos dejar pasar la señal infrarroja, pero no la luz.
En comparación con el Olympus FL-600R estamos ante una opción mucho más potente (número de guía 58 por 36), de una mayor amplitud en cuanto a zoom y giro, y dotada de modo multi y pie metálico, en vez de plástico. El FL-600R tiene a su favor un tamaño más compacto y un precio menor.
Características
- Dimensiones: 8,1 x 12,1 x 12,5 cm.
- Peso: 382 g.
- Número de guía: 58.
- Modos: manual, TTL y multi.
- Maestro: óptico.
- Esclavo: óptico.
- Cabezal giratorio: vertical (90°) y horizontal (360°).
- Cabezal zoom: 24-200 mm.
- Tiempo de reciclado: 2,5 segundos, con cuatro pilas recargables.
- Sincronización a alta velocidad: sí.
Compatibilidades
Funciona con las siguientes cámaras Olympus: E‑M1, E‑M1 Mark II, E‑M5 Mark II, E‑M10 Mark II y PEN‑F.
Opinión final

El FL-900R es un flash muy completo, ideal para usuarios de Olympus que busquen disponer de grandes prestaciones y no quieran recurrir a otras marcas. Como inconvenientes de esta unidad es preciso señalar su carencia de frecuencia por radio y, pese a su buena velocidad de reciclaje, su falta de puerto para una fuente de alimentación externa, tratándose de un producto orientado al ámbito profesional.
Como ventajas destaca su potencia y una gran calidad constructiva, al nivel que aportan las primeras marcas. Además, el dispositivo integra un interesante rango de zoom, sincroniza a alta velocidad y llega acompañado de un buen número de accesorios.