- Eficacia de su mecanismo de autoenfoque.
- Destacado nivel de nitidez.
- Baja distorsión.
- Muy ligero.
- Apertura máxima variable.
- No tiene estabilizador de imagen.
Review
1. Introducción
Es interesante contar con un súper gran angular como complemento a otros objetivos. El Canon EF-S 10-22mm es idóneo tanto para paisajes como para fotografía urbana. Además, resulta especialmente oportuno en interiores, donde es imprescindible disponer de un ángulo amplio. Su montura EF-S lo hace adecuado para sensores APS-C, y es una opción más luminosa y mejor construida que el Canon EF-S 10-18mm, pero no tan económica. Otros de sus competidores directos son el Sigma 10-20mm y el Tamron 10-24mm.
2. Distancia focal
La unidad proporciona una perspectiva diferente, visualmente atractiva. Con un rango focal de 10 a 22 mm supera el intervalo de distancias aportado por el Canon EF-S 10-18mm. Su longitud focal equivalente en 35 mm (formato completo) es de 16 a 35 mm. En amplitud rebasa al Sigma señalado en la introducción y está un poco por debajo del Tamron 10-24mm.
3. Diafragma y estabilizador de imagen
La apertura de la lente es variable. En el extremo corto presenta un interesante valor de f/3.5, mientras que en el extremo largo es más discreto, con f/4.5. En este punto, es equiparable al Tamron 10-24mm y no alcanza al Sigma 10-20mm, que brinda una apertura constante a f/3.5.
El Sigma no tiene estabilización de imagen, al igual que el Canon revisado. Ahí es el Tamron el que marca las distancias al integrar un sistema para reducir las trepidaciones. Este mecanismo también lo trae el Canon EF-S 10-18mm, una opción, eso sí, inferior en luminosidad (f/4.5 a f/5.6).
El diafragma está compuesto por 6 hojas de apertura circular. Depara un bokeh de nivel medio, aunque esto no es algo relevante en un ultra gran angular.
4. Diseño y construcción
El anillo de zoom, de buena anchura, se ubica en la parte exterior. El correspondiente al enfoque es mucho más estrecho y ocupa la zona intermedia del cuerpo. El interior alberga una escala de distancia y el mando para seleccionar el tipo de enfoque. Aun estando activo el AF, se puede enfocar manualmente en cualquier momento con sólo girar su anillo.
La construcción es realmente sólida. El producto cuenta con una montura metálica, sin sellado. Sus dimensiones son contenidas y llama la atención su ligereza. Su peso de 385 gramos no es tan liviano como el del Canon EF-S 10-18mm, que está aligerado por su montura de plástico -menos resistente-, pero se sitúa más de 50 gramos por debajo del Tamron 10-24mm. La diferencia es todavía mayor con el Sigma 10-20mm, que supera los 500 gramos. A este último le resta compacidad su holgado diámetro de filtro de 82 mm. En el Canon, por contra, el valor está dentro del estándar, con sus 77 mm.
5. Enfoque
El sistema de autoenfoque incluido por el fabricante en este modelo es el Ring USM. Este motor ofrece un satisfactorio rendimiento en cuanto a rapidez y precisión. Asimismo, es muy silencioso.
La distancia mínima de enfoque es uno de los factores más relevantes a la hora de elegir una unidad para macrofotografía. Aquí, sin embargo, no tiene demasiada importancia. No obstante, señalar que es de 24 centímetros y, también como referencia, indicar que la ampliación máxima llega a 0,17 aumentos.
6. Calidad gráfica
13 elementos en 10 grupos componen la óptica del objetivo. Esta configuración depara una destacada nitidez en todo el rango. Aunque lógicamente es inferior en los extremos de la apertura y en las esquinas, mantiene un estimable nivel. Encuentra su punto dulce en torno a f/8, si bien depende de la focal.
En distorsión presenta un muy buen comportamiento, tratándose de un dispositivo con tanto ángulo. A 10 mm hay una cierta distorsión de barril y a 22 mm la deformación es de cojín, pero más pequeña. Alcanza su equilibrio en la mitad del intervalo de distancia.
El viñeteado, como en todas las lentes que reviso, es perceptible al abrir del todo. En este caso, es particularmente visible a 10 mm. Se reduce drásticamente con una parada menos de apertura.
Las aberraciones se notan a 10 mm y disminuyen conforme va aumentando la focal. Es posible eliminarlas o aminorarlas, al igual que el viñeteado y la distorsión, mediante la aplicación del perfil del objetivo en programas como Camera Raw.
7. Accesorios
El EF-S 10-22mm viene sin parasol. Como digo frecuentemente, Canon debería replantearse la inclusión de este accesorio en todas sus lentes, al menos, en las de gama media y alta. A esta unidad le corresponde el parasol EW-83E.
Características
- Dimensiones: 8,3 x 8,9 cm.
- Diámetro de filtro: 77 mm.
- Peso: 385 g.
- Distancia focal: 10-22 mm.
- Apertura máxima: f/3.5-4.5.
- Apertura mínima: f/22-27.
- Láminas del diafragma: 6.
- Estabilizador de imagen: no.
- Construcción del objetivo (elementos/grupos): 13/10.
- Ángulo de visión (horizontal, vertical, diagonal): 97°10′-54°30′, 74°10′-37°50′, 107°30′-63°30′.
- Motor para el autoenfoque: Ring USM.
- Distancia mínima de enfoque: 0,24 m.
- Ampliación máxima: 0,17 x.
Compatibilidades
Es válido para cámaras con sensores pequeños, APS-C.
Opinión final

Un zoom súper gran angular ayuda a lograr resultados creativos. El analizado en este artículo es más resistente y luminoso que el Canon EF-S 10-18mm, pero este último cuesta menos de la mitad, es superior en ligereza y compacidad, y cuenta con un mecanismo para mitigar la vibración. Precisamente, la carencia de un sistema de ese tipo es una de las desventajas del Canon EF-S 10-22mm. La otra, siendo muy estrictos, sería su apertura no constante, que es destacada a 10 mm y discreta a 22 mm.
Como aspectos positivos del objetivo figuran dos virtudes ópticas: su nitidez y una distorsión contenida, que evita lo que podría haber sido un problema. Además, el producto dispone de un autoenfoque eficiente y de un peso más reducido que el de las alternativas de Sigma y Tamron comentadas en esta reseña.